Texto presentación

Siempre recordaré la primera vez que pisé Egipto. Era agosto de 2007 y fue, de lejos, el más turístico de todos los viajes que he hecho al país del Nilo hasta el momento, y ya van unos cuantos. Iba como todo el mundo que viaja allí por primera vez: con una imagen mental un tanto romántica, basada en las historias que había leído en libros o visto en películas, muchos de la época en la que los arqueólogos y aventureros tenían la suerte de pisar por primera vez sitios que llevaban milenios enterrados; una imagen en blanco y negro o, como mucho, en tonos sepia.

En mi lista de sitios obligados, cuatro lugares únicos: la Meseta de Giza, el Gran Templo de Abu Simbel, el Valle de los Reyes y el Complejo Monumental de Karnak. Este último fue el detonante de mi pasión por Egipto, pues desde 2001 hasta el 2005 estuve estudiándolo y recontruyéndolo en 3D, y por fin podría tener la oportunidad de visitarlo en persona.

Pero… después de esos primeros 15 días de viaje, y después de haber visitado todos esos lugares, debo decir que sorprendentemente, esos no fueron los sitios que más me marcaron.

Sí: por supuesto que estar dentro de la Gran Galería de la Gran Pirámide, postrarse frente a la fachada imponente de Abu Simbel, entrar en la tumba de Tutankhamon o pasear al fin entre la Gran Sala Hipóstila de Karnak marcan a cualquiera. De eso no hay lugar a duda.

Quizás, lo que sucedió es que iba tan obsesionado con esos lugares (los icónicos de entre tantos miles), que la sorpresa que me llevé al ver, por ejemplo, la Mastaba 17 (Meydum), la Pirámide Roja (Dahshur), la tumba de Tutmosis III (Valle de los Reyes), las tumbas de Valle de los Nobles (Luxor), el Camino Blanco del monte tebano, o los templos de Kom OmboMedinet Habu, Denderah y, sobretodo, Luxor y Abydos, fueron los momentos que recuerdo con más cariño. Cualquiera que los haya visitado sabrá a lo que me refiero.

Es por ese motivo que, cuando estuve planteándome sobré qué hacer con este recorrido fotográfico, tuve claro desde el primer momento que quería hacer una pequeña muestra de esos lugares especiales, desconocidos, fuera de los típicos recorridos turísticos o, en su defecto, vistas poco corrientes de esos lugares icónicos y que tanto me marcaron en su momento.

La grandísima mayoría de las imágenes que aquí veréis, fueron sacadas en los viajes que realicé en 2011, 2012 y 2013, después de la Primavera Árabe egipcia. La falta de turismo cayó en picado, y las visitas a los yacimientos sin casi un alma añadían un punto de majestuosidad y solemnidad. La luz especial que hay en Egipto hizo el resto.

Con esto, espero mostrar una cara distinta de un país del que ya se han sacado miles de millones de imágenes.

Marc Mateos - Junio de 2014